
10 Pasos para Cultivar y Mantener Hábitos Saludables en Tu Vida Diaria
¿Alguna vez te has preguntado qué es un hábito? Según la RAE, un hábito es cualquier comportamiento aprendido (no es innato, no nacemos con ningún hábito) mediante la repetición, que se realiza de forma habitual y automática sin apenas pensar en ello. En otras palabras, ¡son esos actos que hacemos sin siquiera notarlo!
Un hábito saludable, entonces, es una actividad que te ayuda a mejorar tu salud física, mental, emocional y social. Son como pequeños pasos que te llevan hacia una mejor versión de ti mismo.
Los hábitos son como la clave secreta para alcanzar tus metas, cualquier meta que te propongas. Solo necesitas tres ingredientes mágicos: constancia, perseverancia y motivación. Aunque, claro, hay algunos hábitos que puedes adoptar que te mostrarán resultados asombrosos en poco tiempo. Aquí te van:

Dormir bien:
Mejorar tu higiene del sueño tiene efectos físicos y mentales sorprendentes. Aunque sabemos que la vida moderna puede complicar esto, trata de regularizar tu sueño lo mejor posible para cosechar esos beneficios.

Hidratarte:
Beber suficiente agua ayuda a eliminar toxinas y te hace sentir más activo. Es como darle un baño interno a tu cuerpo.

Practicar ejercicio:
Ya sea una sesión intensa de ejercicios o una relajante clase de yoga, mantenerse activo te hará sentir mejor y más relajado. ¡Elige lo que más te guste!
Ahora, sé que incorporar nuevos hábitos a tu vida puede ser complicado. A veces, empiezas con la mejor intención, pero luego aparecen obstáculos que te hacen dudar. Por eso es vital establecer metas a corto, mediano y largo plazo. Esto te mantendrá motivado y te permitirá identificar los obstáculos en el camino.
La belleza de incorporar hábitos saludables es que no solo te vuelven una mejor persona, sino que también mejoran tus relaciones con los demás. Además, te protegen de diversas enfermedades, incluidas las cardiovasculares. ¡Así que vale la pena el esfuerzo!
Recuerda:
Al principio puede parecer un reto, pero no te rindas. La motivación por sí sola no es suficiente, pero con determinación y acción, puedes lograrlo, por eso aquí te damos estos consejos para ayudarte:
1. Conócete a ti mismo:
Antes de comenzar, es fundamental conocer tus objetivos y valores. ¿Qué significa la salud para ti? ¿Qué hábitos deseas incorporar en tu vida? Define tus metas y prioridades personales.
2. Establece metas realistas:
Para lograr el éxito en la consecución de metas y la creación de hábitos más saludables, es esencial evitar metas vagas y desafiantes. En su lugar, debemos dividir nuestros objetivos en pasos pequeños y específicos. Esto implica comenzar con acciones sencillas y manejables, como ponerse los zapatos para caminar después de cenar o usar hilo dental en un solo diente cada noche. Estas acciones deben ser extremadamente fáciles de realizar, requiriendo menos de 30 segundos, lo que elimina la necesidad de una gran fuerza de voluntad.
Con el tiempo, estos pequeños hábitos se convertirán en parte automática de nuestra rutina, lo que nos permitirá expandirlos gradualmente para alcanzar metas más grandes.
3. Crea un plan:
Diseña un plan de acción detallado para cada hábito que deseas incorporar. Incluye pasos concretos y fechas límite realistas para medir tu progreso.
4. Comienza con pequeños cambios:
No te sientas abrumado intentando cambiar todo de golpe. Comienza con un hábito a la vez y una vez que se haya convertido en parte de tu rutina, pasa al siguiente.
5. Encuentra tu motivación:
Identifica qué te motiva a seguir tus hábitos saludables. Puede ser mejorar tu energía, perder peso o simplemente sentirte bien contigo misma. Mantén esta motivación en mente en todo momento.
Las investigaciones demuestran que es más probable que mantengas un nuevo hábito si lo disfrutas. Así que si detestas el gimnasio, comprométete a hacer una actividad física que disfrutes, ya sea jardinería, senderismo o clases de baile.
Una manera fácil de hacer que un hábito sea más divertido es hacerlo social, establece un tiempo regular para caminar con un amigo o inscríbete en una clase de rumba en grupo.
En un estudio, se le pagó a un grupo de personas un dólar cada vez que hacían ejercicio, y a otro grupo les pago un dólar cada vez que hacían ejercicio con un amigo. Aunque reclutar a alguien agregó un factor de molestia, los participantes que eligieron un amigo realizaron aproximadamente un 30% más de ejercicio. Tener un compañero de ejercicio es una doble ganancia, “porque tienes la obligación de rendir cuentas, pero también es más divertido”.
6. Elige un desencadenante o un ancla:
Después, determina dónde puedes incluir tu hábito en tu rutina actual y combínalo con algo que ya haces. En los ejemplos anteriores, cada acción está vinculada a un comportamiento existente: cuando terminas de cenar, te pones los zapatos. Después de cepillarte los dientes, usas hilo dental en un diente.
Cuando se trata de anclas, hay posibilidades infinitas. Puedes decidir tomar tus vitaminas después de encender la cafetera, hacer dos sentadillas antes de entrar en la ducha o meditar cada mañana tan pronto como te despiertes. Tener un ancla es importante porque, de lo contrario, es demasiado fácil no tener suficiente tiempo, no hacer de tu nuevo hábito una prioridad o simplemente olvidarte de hacer lo que te has propuesto hacer.
Los mejores desencadenantes tienen un componente físico. Eso se debe a la forma en que el cerebro está estructurado con la parte motora de nuestro cerebro conectada con la respuesta condicionada. Ver el recordatorio “comienza a hacer ejercicio” en tu teléfono no es tan ideal como hacer que, por ejemplo, “ducharte” sea tu señal de hacer sentadillas.
7. Encuentra un sistema de apoyo:
Comparte tus objetivos con amigos, familiares o un grupo de apoyo. El apoyo de otros puede marcar la diferencia.
8. Rediseña tu entorno:
Otra manera de cambiar tus hábitos es modificar tu entorno para hacer ciertas tareas más difíciles o fáciles de hacer. Si sueles comer bocadillos con regularidad, por ejemplo, mueve las papitas o galletas a un lugar difícil de alcanzar, o no las tengas en tu casa en primer lugar. Luego, pon las opciones saludables en primer plano.
Si siempre pides a domicilio, ten alimentos sanos preparados en casa; cómo verduras o frutas frescas a la mano para que sea más fácil. De manera similar, si tiendes a gastar demasiado cuando compras en línea, borra el número de tu tarjeta de crédito de tu navegador y de tus sitios de compras favoritos.
También puedes cambiar tu entorno para facilitar las buenas elecciones, como colocar un libro en la mesita de noche en lugar de cargar tu teléfono, o llenar una botella de agua a primera hora de la mañana para tenerla siempre disponible.
9. Aprende de los contratiempos:
Las recaídas son normales, así que no te castigues. Aprende de tus errores y sigue adelante con determinación.
10. Celebra tus éxitos:
Los nuevos hábitos se forman más rápidamente y es más probable que se mantengan si te sientes bien con ellos.
Sin embargo, se ha descubierto que muchos adultos se centran más en sus deficiencias que en sus éxitos. ¿Un consejo? Encuentra una manera de hacerte sentir una emoción positiva cada vez que completes un nuevo hábito con éxito. Cuando termines de caminar, tómate un momento para darte una palmadita mental en la espalda por dar un paso hacia una mejor salud.
Si no te sientes exitosa, si algo resulta difícil, entonces la conducta no se establecerá en tu cerebro como un hábito. Si autorrefuerzas la conducta intencionalmente y haces que te genere una emoción positiva, tu cerebro dirá: “Eso fue agradable. Quiero hacerlo de nuevo”. ¡Haz que cada pequeño paso sea motivo de alegría!
En resumen, crear y mantener hábitos saludables no es fácil, pero con esfuerzo y enfoque, ¡puedes lograrlo! Recuerda que es un viaje hacia una vida más saludable y feliz. ¡Empieza hoy mismo y da el primer paso hacia una versión más radiante de ti misma!